La frescura está en el centro de las expectativas de los consumidores cuando se trata de pan. Ya se trate de una crujiente baguette, un suave brioche o un clásico pan de molde, los clientes juzgan instintivamente la frescura antes de hacer una compra. Pero, ¿qué es exactamente la frescura? ¿Y cómo pueden los panaderos industriales mantenerla a lo largo de la producción y la distribución, sin comprometer el aspecto, la textura, la suavidad o la sensación en boca?
En Zeelandia somos especialistas en optimizar la frescura del pan. Basándonos en la investigación y la innovación continuas, hemos perfeccionado la ciencia que subyace a la suavidad, la estructura y la vida útil. Con nuestro Bread Improvement Technologies (BIT), los panaderos industriales pueden crear un pan que se mantiene fresco, suave y satisfactorio, incluso durante un periodo de conservación prolongado.
Por qué importa la frescura.
La frescura no es una moda: es una expectativa fundamental. Todos los estudios de consumo de la última década muestran claramente que la frescura y el sabor son factores clave en la decisión de comprar pan. Aunque las prioridades pueden variar de una región a otra, la frescura y el sabor siempre van de la mano. Y dado que los productos de panadería blanda representan el 60% del mercado mundial de la panadería, es esencial mantener el nivel adecuado de frescura.
En una encuesta mundial, se preguntó a los consumidores qué significaba para ellos "calidad". El 53% respondió 'frescura', situándola incluso por encima de los beneficios para la salud, el contenido nutricional y el reconocimiento de marca."

Definir la frescura: un lenguaje compartido.
No existe una definición universal de frescura. Es una combinación de impresiones sensoriales, evaluadas en distintas fases de la experiencia del consumidor. La sensación de frescura depende del tipo de producto, la ocasión, las preferencias regionales y las expectativas personales.
En Zeelandia, creemos en la creación de un lenguaje compartido en torno a la frescura. Con nuestra tabla de frescura, traducimos la percepción del consumidor en parámetros claros y medibles, como la suavidad, la elasticidad, la estructura y la sensación en boca. Esto permite a los panaderos alinear el desarrollo de productos, la producción y el control de calidad y, en última instancia, satisfacer las expectativas de forma más precisa y coherente.
A la medida de su producto, proceso y mercado.
Definir la frescura es sólo el principio. El verdadero reto consiste en conseguirla de forma homogénea en todos los lotes de producción, tipos de producto y canales de distribución. Esto implica comprender no sólo los ingredientes, sino también cómo interactúan el comportamiento de la masa, las condiciones del proceso y los requisitos de conservación. Aquí es donde entra en juego BIT de Zeelandia. BIT permite a los panaderos obtener un control preciso de la frescura, lo que les permite ajustar las recetas, las combinaciones de ingredientes y los procesos para satisfacer las expectativas exactas de sus clientes.
Un nuevo enfoque para reducir los residuos.
Una frescura más duradera no sólo mejora la experiencia del consumidor, sino que también contribuye a la sostenibilidad. Al ayudar a los panaderos a prolongar la suavidad y el atractivo, reducimos las devoluciones de productos, disminuimos el desperdicio de alimentos y ayudamos a que el pan funcione mejor en toda la cadena de suministro.
